Milagro nocturno

Hay un milagro que ocurre cada noche... en nuestro santuario. Es un momento, unos minutos que pasan muy rápido, luego se detienen congelados como si ya no fueran a avanzar, como si hubiesen chocado con un muro invisible y entonces se impactan unos tras otros, emulándose en la barrera hasta que esta desaparece como parte de una liberación, dejando correr todos esos minutos hasta perderse en un instante atemporal.

En el lugar donde por fin podemos estar tu, yo y nadie mas... sin otro envoltorio que nuestra piel, en ese lugar que fue creado por y para nosotros como templo de culto a nuestro amor que con tanto esfuerzo rescatamos de caer.

No hay nada mas sagrado que ese momento que se repite cada noche, se repite mas no es ordinario, es único y nuevo cada vez... porque ahora conocemos la importancia de estar juntos, la bendición que representa poder compartirnos sin que nadie se interponga.

Fue un largo tiempo el que nuestros cuerpo vagaron, conteniendo un corazón sin calma en busca de algo que estaba esperando dentro del otro. Lo buscamos con otros corazones, contenidos en otro cuerpos; pero es hasta ahora que encuentran esta paz infinita, esta complicidad que nos une con un lazo inexplicable y a la vez exquisito, excitante y dulce.

Lo festejamos así, cada vez en nuestro milagro nocturno...

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Tal vez algún día llegue el día en que sea así... o tal vez no